martes, febrero 27, 2007

La belleza de lo sencillo

Le he robado descaradamente este vídeo a Zuel porque ilustra algo que dijo Nesjret hace poco (me encanta cuando los demás bloguean por mí): menos es más.

Zuel nos muestra este vídeo sin comentar y es que es verdad que con Samia Gamal a veces sobran las palabras. Pero este vídeo hay varias cosas que nos interesan a alumnas y profesoras:

En primer lugar, que unos movimientos bonitos, bien hechos, con gracia, tienen que parecer más fáciles que difíciles. Un estilo de baile puede ser acrobático, o difícil, puede provocar que el público piense "Pero, ¿¡cómo ha hecho eso!?", y eso está muy bien, pero no es estrictamente necesario. Si os gustan otros tipos de baile, pensad en momentos y coreografías clásicos. Una película musical de Hollywood, un musical de Broadway, El Lago de Los Cisnes. Todos tienen momentos de OOHHHHHHH y momentos sencillos realizados con perfección. Precisamente hace una semana vi "Un día en Nueva York" y me llevé una sorpresa porque yo creía recordar que las coreografías eran más numerosas, más largas y más difíciles. ¿Para qué, si no hacía falta?

La consecuencia de esto es que todos los que bailamos tenemos que tener cuidado con los detalles pequeños y con lo que consideramos "la base". Si os fijáis, Samia Gamal no hace en este vídeo ningún movimiento que no sea capaz de hacer alguien que lleve bailando más o menos un año. Una sugerencia para las que no llevéis mucho tiempo bailando: intentad identificar cada movimiento, y pensad en cuáles os han enseñado, cuáles no, y cuáles sabéis pero creéis que no os salen bien. En mi caso, los camellos, y quizá me costaría dar tantas vueltas seguidas.

Evidentemente, todas sabemos que saberse los pasos no es saber bailar. Este vídeo es una pequeña advertencia para las que ya llevamos un tiempecito (digamos, más de dos años) bailando, y pensamos "qué bien. Ya lo SÉ", y el día que no aprendemos un paso nuevo o un shimmy raro en clase nos parece que hoy no hemos hecho nada. Siempre se le puede sacar más a cada movimiento.

Y aquí lo tenéis: Samia Gamal.

jueves, febrero 22, 2007

Músicas apropiadas y músicas que no lo son I: Velo

Sobre qué músicas usar se puede decir mucho, y hoy sólo voy a contar una anécdota. Ya os hablo de más músicas otro día.

Como os conté, hace un par de semanas estuve en un intensivo de velo impartido por Zuel, quenos dio una brevísima explicación cultural del origen de la danza con velo, y que en los países donde se practica la danza oriental, como Egipto, tiene una connotación obscena, de strip-tease. Por eso, ya que la danza con velo no es auténtico y puro raqs sharqi, escogió una pieza de Luis Delgado (creo que cuanto más conozca de este autor más me va a gustar).

No nos gustaría que alguien bailase la danza popular de nuestra esquina del mundo con la música que no es, así que viene bien saber qué musicas van bien y cuáles no para bailar danza oriental. Por ejemplo, qué va bien para bailar con velo.

Si nos interesa la corrección histórico-geográfica, yo creo que nunca se debería bailar con velo con música turca, simplemente porque en Turquía nunca se ha bailado con velo (ahora las bailarinas de los hoteles y salas de fiestas lo hacen porque han aprendido de las egipcias). Además, la música turca es generalmente recondenadamente difícil de bailar, así que ¿para qué complicarnos la vida con el velo y ese ritmillo a la vez?

Las canciones orientales clásicas pueden resultar inadecuadas por la cuestión que apuntaba Zuel: cierta asociación de ideas negativa en la forma de usar el velo para atraer al público occidental más racista. Sí se puede usar velo a la forma clásica: llegas, haces una entrada con tu velo, y en medio minuto lo dejas en una esquina. Pero para bailar una coreografía entera, la música clásica oriental no queda del todo bien.

¿Qué nos queda? Pues principalmente, la música moderna, tanto la que parece antigua pero no lo es, ya sea vocal o instrumental como la de Luis Delgado, o el pop o la música electrónica hechos por autores árabes. A mí me parece imposible coreorafiar velo con algo tan rápido como Hakeem, pero me parece socioculturalmente perfecto: Hakeem canta en un estilo egipcio influido por Occidente, y el velo es un añadido occidental a la danza oriental.

Otra cantante posible es Natasha Atlas, que tiene algunas canciones lentas que pueden ir muy bien con un velo. No me atrevo a recomendar más autores, porque no conozco a fondo a casi ninguno, así que dejad los que queráis en los comentarios, por favor. Básicamente, si suena oriental pero lleva sintetizadores, se entiende que no es "auténtico" y por tanto no resulta ni ofensivo ni anacrónico bailarlo con velo.

martes, febrero 13, 2007

Reseña de intensivo: Velo con Zuel.

Creo que de Zuel como profesor ya he dicho un montón, así que ya sabéis lo que opino: que su calentamiento es excelente, que se organiza muy bien, que es buen bailarín pero mejor profesor, y que es muy expresivo. Este intensivo, sin embargo, fue un poco diferente de otros con Zuel porque incluyó bastante técnica de respiración, y no consistió sólo en aprender coreografía sino también en familiarizarnos con el velo. El nivel del grupo de por la tarde, el mío, era de nivel muy mixto: había desde principiantes con semanas de práctica a profesionales. Por eso, los ejercicios iniciales venían muy bien para quienes le tuvieran un poco de "miedo" al velo. Yo llevaba sin usarlo un año y tres meses y fue una ocasión para ponernos al día y familiarizarnos de nuevo el uno con el otro.

La coreografía fue muy corta, quizá demasiado, y del nivel de dificultad perfecto, en mi opinión. Eso sí, más importante que los movimientos era la expresión, ya que había muchos cambios: melancólica, enérgica, sensual, distante. Una cantidad sorprendente de cambios en cuestión de segundos. Para esto fue maravillosamente útil el intensivo de expresión corporal del día anterior.

Me alegro muchísimo de haberme apuntado. Mi velo y yo queremos más.

Reseña de intensivo: Movimiento => emoción de Juan Bey

Si miráis la fecha de la entrada anterior, veréis que me he pasado dos semanas sin poner nada en el blog. Eso os puede dar una idea de hasta qué punto me ha sobrepasado el mundo real. Pasaron varias cosas que casi me impidieron ir a este taller, pero al final se resolvió todo, o casi, y allá que fui.

Fue un taller completamente distinto de lo habitual. Aquí no puedo decir si me gustó la coreografía, porque no la hubo. No puedo hablar de la capacidad técnica de Juan Bey porque no entiendo de lo que hace, aunque sí puedo decir que es muy buen profesor: comunica exactamente lo que quiere decir, y se le entiende perfectamente incluso a pesar de que su forma de ver el arte, como actor, puede ser bastante diferente de la nuestra, como bailarinas, casi todas aficionadas. Eso se nota, por ejemplo, en el lenguaje que usamos porque él tiene las herramientas para hablar de la expresión de las emociones, mientras que nosotras somos más intuitivas en ese sentido.

El curso consistió básicamente en hacer ejercicios típicos de escuela de arte dramático. Puedo intentar separarlos en tres categorías: estaban los dirigidos a crear cohesión en el grupo, los de hipersensibilización emotiva, y los de expresión corporal propiamente dicha. Estas categorísa no están cerradas, ya que por supuesto que hay movimiento y expresión (es decir, expresión corporal) en los ejercicios de cohesión del grupo, por ejemplo.

Los ejercicios para grupo me parecieron una idea estupenda para romper el hielo, y aplicados a la danza del vientre, para profesoras o grupos que quieran actuar en público como agrupación. Unificar el grupo y hacer que se concentren unas en los movimientos de las otras haciendo actividades que no tienen nada que ver con bailar parece que puede ayudar muchísimo no sólo a primerizas cuyo problema es moverse todas a la vez, sino a bailarinas más avanzadas que quieren improvisar juntas, bailar interactuando, y cosas así, que requieren mucha compenetración.

La hipersensibilización emotiva puede ser un poco fuerte para personas que ya sean muy sensibles de por sí. El objetivo, en términos generales, es ser mucho más conscientes de lo habitual de lo que ocurre a nuestro alrededor. Fue muy intenso para mí un ejercicio que consistió en ponernos de pie frente a otra persona, mirarnos a los ojos, cogernos de las manos, y por turnos, preguntarnos sin palabras "¿qué te falta? ¿En qué te puedo ayudar?". El ejercicio duró aproximadamente media hora y mi compañera y yo tardamos un poco más de cinco minutos en ponernos a bailar. Ella no sabía que a mí me tenía asustada el intensivo de velo del día siguiente y que estaba convencida que después de llevar siete semanas sin ir a clases, volver a bailar iba a ser peor que partir de cero. Así que es un ejercicio que no sabes por dónde puede salir, lo mismo te aburres que tienes una experiencia de comunicación extrasensorial casi mística (y lo estoy diciendo sin ironía).

Los ejercicios de expresión corporal parecían en un primer momento más adecuados para actores que para nosotras. Por simplificar mucho, las instrucciones podían ser algo tan simple como "camina como si midieras dos metros" o "imagina que tu brazo derecho está hecho de agua: actúa en consecuencia". A veces era más importance la emoción, a veces más la imaginación. Pude observar el valor de esta "gimnasia emocional" al día siguiente, con el velo, ya que en un primer contacto puede parecer algo tonto: "¿va a ayudarme a bailar mejor imaginarme ahora que mis manos despiden luz?". Pues me pareció que es un poco como hacer estiramientos: son movimientos que no haces al bailar, pero que ejercitan el músculo para que os lleve a ti y a la danza. Es útil hasta el ejercicio de imaginación que fue para mí pensar qué haría yo si mi columna vertebral fuera una joya: yo no voy a imaginarme eso mientras baile, pero da herramientas para que bailar sea más que seguir los pasos.

Editado: me pide Zuel (ay, no puedo negarme) que hable un pooc más de cómo fue el curso para mí, en qué me ayudó. Bien, los ejercicios de hipersensibilización fueron los que más me llamaron la atención porque van con mi personalidad. Soy una persona muy sensible, me gustan diferentes clases de arte y me resulta fácil imaginar sinestesias. La sinestesia es cuando una cualidad se percibe con el sentido que no le es propio: por ejemplo, oler colores o imaginarse que la música tiene forma y color. A mí eso me pasa solo, pero precisamente por esta razón, un ejercicio de hipersensibilización me puede dejar en las nubes porque yo ya soy demasiado emocional. Bien usados, lo que estos ejercicios pueden conseguir de mí es más flexibilidad y más confianza en mí misma.

Resumiendo: fue una experiencia novedosa y por eso había mucho que procesar en poco tiempo. Recomendaría un taller parecido, o unas semanas en una escuela de interpretación, a cualquier bailarina insegura de su capacidad de "transmitir".