La salud está en más sitios que en las tripas

Esto parece que no va con nosotras, pero sí. Mi amiga-de-muchos-nicks, Small Blue Thing, vive en Vallecas, un barrio de 300.000 habitantes y un solo centro de salud. Ella tiene una enfermedad mental que requiere tratamiento psiquiátrico y psicológico. E viernes, publicaba en su blog lo siguiente:

10:25 AM
- Doctor, creo que necesito...

- Véngase para acá, Small. No espere. Vengase al ambulatorio YA. De Urgencias.


Es la una de la tarde. Estoy en mi casa. No me ha atendido nadie. No habían limpiado el lavabo de señoras desde las ocho. No había papel higiénico. No había más que un psicólogo. La única enfermera ha aparecido pasadas las 11 de la mañana.

El psicólogo no atendía hasta la una.

Y yo no he visto a mi médico. Creo que no había más que un psiquiatra en todo el centro, y era él.

Tremendo, ¿no? Independientemente de la mala leche y la mala gestión, creo que esto es en parte una consecuencia de dos bases fundamentales de la medicina moderna: una, intentar tratar al mayor número de enfermos con el menor número de personal. Dos, creer que la salud está en las tripas y sólo en las tripas. Todo lo que no duela, no dé fiebre o no se cure (solamente) con pastillas no necesita tratamiento. Así, áreas como la puericultura (el cuidado de los niños sanos), la medicina preventiva, los problemas más generales del aparato locomotor, y casi todos los problemas mentales se quedan mal tratados o a medio tratar.

No os conforméis con una receta, buscar soluciones. Y si tenéis un centro de salud tan malo como el de mi amiga, denunciadlo.