miércoles, enero 21, 2009

Reseña de espectáculo: "El Cascanueces" del Ballet de Dusseldorf.

Es un poco tarde, pero no quería dejar sin decir que me encantó el espectáculo de la semana pasada en el Teatro de la Maestranza, a cargo del Ballet de Dusseldorf. Se trataba de una versión del Cascanueces que lo integraba en el Cuento de Navidad de Dickens.

El Cascanueces es un cuento de E. T. A. Hoffman, en el que se basa el ballet con música de Tchaikovski, que cuenta las aventuras de una niña y sus juguetes una noche de Navidad. La niña es espectadora de los bailes de los juguetes los dulces y las hadas, y baila con su juguete nuevo que cobra vida, el soldadito cascanueces. El Cuento de Navidad de Dickens es la historia de Scrooge, un hombre de negocios avaro y antipático, que recibe la visita de unos fantasmas una noche de Navidad. Así que casi todo el primer acto está basado en el principio del Cuento de Navidad, y el segundo, en que Scrooge es testigo de los bailes de los espíritus navideños. Como versión me parece una forma muy buena de adaptar historias muy conocidas para renovarlas un poco sin que pierdan su carácter clásico y tradicional.

Youri Vamos es el coreógrafo de la compañía y su principal interés es la expresividad. Los bailarines actúan mucho, casi siempre en tono de comedia. Aquí destacaba el Diablo, en sustitución de los fantasmas, que tenía unos aires afeminados a lo drag queen y resultaba muy divertido. Mmmmm, ballet clown.....

Desde el punto de vista de la danza oriental, me llevé una sorpresa muy agradable. En la estructura clásica, al principio del segundo acto están unas danzas apodadas "té, chocolate, café, caramelos": danza china, española, turca y rusa. Youri Vamos ha escogido hacer estas danzas lo más folklóricas que se ha atrevido, dentro del estilo de ballet clásico de los bailarines. La danza del té tenía un aire asiático muy bonito. En la española había un inevitable torero y cuatro bailarinas con tutús aflamencados, bailando con pasos entre el flamenco y el toreo. Una cosa graciosa y bonita. La danza turca era la típica de los saltos en cuclillas, con bailarines hombres todos ellos. Y la turca.... ¡sorpresa!

La danza turca, o árabe, es un paso a dos. Ella llevaba unos bombachos de gasa transparente y un chalequillo, como una torerita corta. Él sólo llevaba una especie de calzones. Su danza era extremadamente sensual (sólo cuatro personajes muestran un galanteo en toda la obra: la niña y su cascanueces cuando éste cobra vida, y la pareja árabe) y añadía pasos de danza oriental, otros que recordaban a la danza hindú, y poses de aire faraónico.

La obra completa está en Amazon, y estoy por comprármelo.

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