lunes, abril 19, 2010

Tacones y hijabs

De vez en cuando, vemos en las noticias que en alguna parte del mundo, hombres ricos y poderosos, y muy pocas veces también mujeres, prohíben a las mujeres vestirse de una manera determinada. Por ejemplo, en Lérida acaban de prohibir las prendas que tapan la cara (algo que en mi opinión se puede prohibir en un edificio público por motivos de seguridad)y salieron en el telediario dos hombres explicando porqué no puedo entrar en una biblioteca pública de Lérida con niqab. Para ellos, es porque es contrario al principio de igualdad. ¿Es que la ley española trata de manera diferente a las personas con niqab?

Me pregunto cuándo se le va a ocurrir a alguien prohibir los tacones altos. Porque ya sé que taparse la cara y taparse la cabeza no son lo mismo, pero si me pongo a comparar el velo con los tacones, no hay color.

1. Los tacones altos hacen que duelan los pies, las rodillas y las lumbares. El velo no duele.

2. Los tacones pueden provocar lesiones permanentes e irrevesibles en las articulaciones. El velo, no.

3. Los tacones limitan la movilidad. Con ellos no se puede correr, ni agacharse, entre otros movimientos. El velo no afecta a la movilidad.

4. El tacón es un identificativo cultural. El velo también, pero más intensamente, quizá.

5. Es opinión mayoritaria que los tacones son bonitos en sí mismos, y realzan la belleza de quien se los pone. Los velos pueden ser bonitos, y es una opinión discutida pero también muy aceptada que el velo embellece a quien lo lleva.

6. El tacón es sexy y se inventó para ser sexy. El velo, por el contrario, generalmente des-sexualiza a quien lo lleva.

7. El tacón no tiene absolutamente nada que ver con la religión. El velo sí.

8. El tacón es a veces obligatorio, por ejemplo por razones profesionales. El velo también. Todas las musulmanas se lo ponen como mínimo para rezar.

9. El tacón es una obligación social, sobre todo porque si está de moda es el único calzado disponible para ir vestida elegantemente. El velo puede ser, también, una obligación social.

10. A pesar de esto último, no todas las mujeres pueden ponerse tacones, por los motivos de salud dichos al principio. El velo, en cambio, se lo puede poner todo el mundo.

11. Un velo es más barato que un par de zapatos de tacón.

12. Un tacón es un accesorio exclusivamente femenino. Los hombres se cubren la cabeza por más o menos las mismas razones por las que las mujeres usan velo.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola,
me parece que hasta día de hoy nadie ha obligado a nadie a llevar tacones en ninguna parte, si alguien los lleva es porque le gustan, le duelan o no... Yo no suelo usarlos y he podido ir a cualquier parte, tanto social como profesionalmente, sin que nadie me mire extraño por no llevarlos. Me parece que no ocurre lo mismo con la hiyab... no se puede elegir en muchos países... te obligan... una pequeña diferencia no?

Nia dijo...

A llevar tacones sí obligan porque forma parte de muchos uniformes y en algunos casos es una obligación social.

En España, y en casi todos los países de población mayoritariamente musulmana, cubrirse la cabeza es opcional. En otros países, taparse la cabeza forma parte del traje típico femenino y puede confundirse con que es obligatorio.

Los únicos países donde la cabeza cubierta es obligatoria son Arabia Saudí , Kuwait,e Irán. ¿Te parecen "muchos países"?

Anónimo dijo...

Los uniformes son eso, uniformes de trabajo, te pueden gustar o no, pero no es una obligación... es un uniforme para un trabajo, tienes la elección de buscar otro trabajo en el que si te guste el uniforme o no haya uniforme. Tanto con tacones como otro tipo de uniformes.

Socialmente, cada uno se crea las reglas que quiere, te puedo asegurar que no hay ningún sitio donde te obliguen a llevar tacones, en absoluto, si una persona cede a eso está cediendo porque quiere, porque se deja llevar por lo que cree o quiere creer que son normas... así que no culpe a la sociedad por eso... que se culpe a si misma por no saber elegir.

Y, por último, si, 3 países me parecen muchísimos cuando hablamos de libertad... veo que a ti te parecen pocos?

Quiero aclarar que soy bailarina de danza oriental aficionada y que me gustan muchas cosas de la cultura árabe pero no por eso hay que tolerar y defender lo que, bajo mi punto de vista, es indefendible.

Nia dijo...

Anónima, conozco a gente a la que se ha impedido salir a la calle por no llevar tacones. Como suena. Las obligaciones sociales pesan.

Creo que en tu primer comentario, al decir "Me parece que no ocurre lo mismo con la hiyab... no se puede elegir en muchos países... te obligan... una pequeña diferencia no?", no tenías la menor idea de que hay más países de población musulmana que prohíben el velo que países que obligan a llevarlo.

Irán no es un país árabe, y tú estás dejando que tus prejuicios hablen por ti.

Anónimo dijo...

No he hablado de países árabes... sólo tu lo estás diciendo... así que a lo mejor son tus prejuicios los que hablan.

Si en este país alguien no sale a la calle sin tacones es porque lo acepta.

En cualquier caso no digo nada más, sólo una opinión que veo que no te gusta y te molesta.

Hay que saber escuchar la opinión de los demás sin ofender o pensar que son prejuicios.

Anónimo dijo...

yo solo puedo decir que comparar algo que muchas veces se usa por motivos religiosos con algo que se usa por estetica no me parece lo mas acertado aunque entiendo a donde quieres llegar con lo que has escrito hay cosas mas molestas y dañinas que el el velo que ademas son occidentales y no se prohiben

por cierto y lo que molesta el ruido de unos tacones en la biblioteca...

Anónimo dijo...

Me encanta tu comparación. Yo soy mujer, no soy musulmana, pero siento una enorme presion social en ir guapa, con tacones o inventos que realcen mi figura y de tener que mirar siempre la bascula para poder seguir siendo lo que se espera que tengo que ser, por no decir lo de mantenerse eternamente joven. Por supuesto intento ignorar todo ese torrente de influencia social contra mi libertad, pero eso no quita que en ocasiones, me sienta menospreciada en ciertos ambientes o por algunas personas.
Y mientras sigamos educando a nuestras hijas para que sus metas sean ser maravillosos objetos de deseo sexual, nada va a cambiar.