Esta entrada no es informativa, qué se le va a hacer.
Para ir a clase dos veces en semana, a veces paso por delante de un gimnasio con ventanas a la calle. Sólo he visto dentro hombres, y lo que se ve por la ventana son máquinas de andar. A la ida, pienso que tiene que ser muy aburrido estar allí, mirando por una ventana pequeña, sudando como cerdos y andando, andando, con lo bien que se anda por la calle. A la vuelta, con la espalda recta, los abdominales trabajados, estirados y masajeados por los movimientos de baile, y el paso ágil, me asomo a la ventana y miro a esos chicos con superioridad y el placer perverso de saber que pierden el tiempo machacándose así. Puede que estén un poco más en forma que yo, pero ¡que levante la mano quien se lo pase mejor!
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1 comentario:
Hola, he pasado a conocer tu blog y a invitarte al mío. Es de poesía. Como podrías ver en los archivos, mensualmente incorporo 11 poemas de diferentes autores. Espero te guste. Saludos...
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