sábado, septiembre 20, 2008

La bailarina coreógrafa, dos.

Íbamos diciendo: ¿es necesario que la bailarina oriental sea su propia coreógrafa? Y si es que sí, ¿es necesario que sea original?

Que la bailarina sea coreógrafa es una necesidad impuesta, porque es muy difícil hacerse una carrera, tanto bailando en público como dando clase, con coreografías prestadas. Sobre préstamo y robo de coreografías habrá un post pronto.

Que como coreógrafa, sea original, no me parece una necesidad. Creo que lo importante es transmitir algo bonito, especial y personal. Algunas bailarinas tienen una sonrisa maravillosa; otras tienen una gran habilidad para los pasos difíciles, para la técnica de suelo, o para bailar con complementos como el velo o el sable. Cada una puede explotar lo que mejor se le dé, que puede ser algo tan simple como especializarse en un estilo muy clásico a base de ver muchos vídeos de musicales antiguos. Eso sí, sólo si eso es lo que te sale natural.

Ser una buena bailarina, incluso una gran bailarina, al final no tiene nada que ver con ser una buena coreógrafa. Hay bailarinas de las que siempre quiero ver algo nuevo (sí, esa que estáis pensando justamente). Y también podría meterme 200 kilómetros de carretera para ver a otras personas (sí, esas que piensas) hacer deslizadas de pecho. Todo está en lo que compone el estilo y la gracia de cada una.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Desde el punto de vista de una profana en cuestión de bailes, coincido en que lo importante es transmitir.

Hala dijo...

Muy cierto, pero también es verdad que una necesita superarse poco a `poco y no quedarse estancada, así que se van marcando metas cada vez más difíciles. Y lo realmente difícil es hacer esas mismas coreos con la misma gracia y soltura que las sencillas y poder transmitir con ellas...