El ballet y las demás danzas

En muchas escuelas de baile y en deportes que están relacionados como la gimnasia rítmica, se parte de una premisa que es que el ballet clásico, más concretamente la técnica del ballet, deben ser la base de cualquier danza. Dicho de otro modo, que una bailarina de cualquier técnica que tenga una base de ballet será mejor que una que no tenga esa base.

Esta idea es discutida por personas que defienden las danzas populares y su valor intrínseco, su expresividad, como aquí Constanza en un comentario. Decir que sin ballet no hay baile es jugar al piedra-tijera-papel del arte, es preguntar a quién quieres más, a tu mamá o a tu papá. Y también, de manera más sutil, es la versión cultural de llegar a un país, prenderle fuego a los monumentos, matar a los políticos locales, decir que las costumbres de las mujeres locales son indecentes, y poner a todos los niños a estudiar TU idioma, TU religión y TU cultura porque son mucho mejores para ellos que las burradas que aprendían antes(*).

Si eliminamos los factores culturales, sin embargo, la idea de una base de ballet para otros bailes tiene sentido si consideramos que es la danza con más tiempo de documentación cuidada. Un arabesque es un arabesque aquí, en París y en Japón. Se llama igual, se hace igual y tiene el mismo aspecto. Eso sí, hay tres o cuatro escuelas con grandes diferencias entre ellas, pero dentro de la misma escuela todo está clarísimo. La uniformización ha producido una mayor eficacia porque aunque el ballet evoluciona, como todo, los bailarines llevan varios siglos haciendo los mismos pasos básicos. Cualquiera que se pase mucho tiempo seguido haciendo lo mismo, y además documentándolo, está bastante claro que debe producir unos resultados más eficaces. Y aunque cada danza sea distinta, en ballet algunas cosas básicas se repiten constantemente: saltar, dar pasos, girar, elevar los brazos.

Virtudes añadidas del entrenamiento en ballet vienen de que los bailarines profesionales generalmente practican hasta el límite de su capacidad y del tiempo disponible. Las lesiones son frecuentes y el dolor crónico, parte de la profesión. Por ello, es lógico que la disciplina esté encaminada a conseguir movimientos muy limpios, en los que no sobre nada, consiguiendo el máximo de efecto y de longitud de las líneas.

Es decir: en mi opinión, una base de ballet no es necesaria pero sí es conveniente como entrenamiento para quienes bailen cualquier otra cosa. Yo no lo he practicado nunca, pero lo pondría al mismo nivel que el yoga, el método Pilates o cualquier otra preparación física constante.

(*) Un proceso que a veces se llama "colonización" y que históricamente, se ha repetido bastante a menudo, especialmente a partir del siglo XVI.