Esto es dificilísimo explicarlo sin música. Ahora que nadie me oye lo puedo decir: ¡odio el Karsilama! Me gusta verlo pero es algo que no bailo, sino que hago los pasos, que no es lo mismo.
Cualquier música tiene lo que se llama un compás, que es un ritmo. Los más normales son 3/4 y 4/4 (tres por cuatro, cuatro por cuatro), porque se pueden seguir con un ritmo que marca “un, dos tres, un dos tres”, o “uno, dos, tres, cuatro; un dos tres cuatro”. El vals es siempre 3 por 4. El rock puede ser cualquiera de los dos. "Michelle", la de los Beatles, es de 4/4. La música dance electrónica casi siempre es 4/4. Piensa en cualquier canción que te guste bailar y comprueba si puedes seguir el ritmo contando hasta tres o hasta cuatro.
Estamos acostumbrados a bailar así, y casi todos los estilos de danza del vientre que conozco son 4/4 u 8/4 (que es parecido). Pero el karsilama, que hasta donde yo sé es propio de los gitanos de Turquía, no es así, oh no. Eso sería demasiado fácil. El karsilama es un ritmo de 9/8. Y se cuenta “un-dos, un-dos, un-dos, un-dos-tres”. Eso en la práctica quiere decir “un-dos-tres-cuatro-¡hop!” El “hop” es que si estás bailando con una coreografía, vas un segundo rápida, y si estás simplemente siguiendo la música, pierdes el paso cada nueve segundos. No hay sentido del ritmo que lo aguante. Por eso digo que yo no bailo Karsilama: si estoy con una coreografía, sigo los pasos.
Un ejemplo: un giro en 4/4 es: abre con pie derecho, gira con pie izquierdo, endereza con pie derecho, termina de enderezar/pon una pose. Un giro en 9/8 se acaba antes de tiempo: tienes que terminar de enderezar y entonces hacer una pose o algún movimiento muy, muy breve. La coreografía que tengo más a mano hacía un giro en tres pasos, no cuatro, con lo cual las piernas quedaban muy abiertas porque no daba tiempo a enderezar juntándolas, y a continuación nos inclinábamos, esperábamos medio segundo, y nos erguíamos rápido (melenas al viento). Espectacular si sale bien, un desastre si no llevas este ritmo diabólico en los genes.
Todavía no sabes qué pinta tiene el Karsilama turco. Pues es... energético. Es como una exhibición de fuerza. Suele ser rápido, los gestos de las manos son a veces hasta violentos (se dan puñetazos al aire y se hace el gesto de dárselos a una misma en hombros y caderas). Se hacen ondulaciones laterales y ochos grandes con las caderas; la idea es mostrar fuerza y energía. Es un estilo en el que me encantaría ver bailar a hombres, porque es totalmente lo contrario a la actitud “delicada ninfa del Nilo”. A pesar de que el año que pasé en Estados Unidos vi bailar a unas cincuenta bailarinas diferentes, sólo una (y sus alumnas, claro) practicó este estilo, así que no sé hasta qué punto lo que vi era auténticamente turco. Esta bailarina era casualmente mi profesora, y aunque agradezco la oportunidad de haber podido probar con ella cerca de diez estilos de cinco países diferentes, ¡prefiero cualquier cosa que no sea Karsilama!
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