martes, febrero 21, 2006

Fiestas en Arabia Saudí

He encontrado un artículo buenísimo sobre la situación de la mujer en Arabia Saudí. Está en inglés. Para las que no queráis pelearos con el idioma, os traduzco un trocito que habla del baile. pero os recomiendo que os lo leáis entero.

Introducción: En Arabia Saudí se rigen por el principio machista de que los hombres no pueden evitar sentir un deseo sexual abrumador hacia las mujeres, aunque ellas no tengan intención de ser seductoras. Por tanto, la separación entre los sexos es total y las mujeres tienen prohibido, por ley o costumbre, casi todo lo que tenga que ver con la vida pública. Hasta hace poco, las mujeres eran una nota en el carnet de identidad de su marido, pero hace algún tiempo tienen tarjeta de identidad propia.

Traducción:

La conversación pasó al tema de las fiestas. "A los saudíes nos encanta celebrar cosas", dice la Señora B. "hacemos muchas fiestas".

Hombres y mujeres celebran sus fiestas por separado, por supuesto. Las fiestas masculinas suelen ser aburridas. En Riad, los hombres se quedan sentados sin hacer nada, dice el Señor A. En Jedah juegan a las cartas. En Ha'il, en el norte, es posible que bailen con espadas. Entonces, todos a casa, normalmente antes de medianoche. "de lo que se t5rata es de que hay que parecer amargado", se queja el Señor A.

Las fiestas de las mujeres son diferentes, y a menudo duran hasta las cuatro de la mañana, con bailes, DJs femeninas, y a veces grupos de música con intérpretes femeninas. "Hasta las mujeres más religiosas bailan, si la música es sólo percusión", decie la Señora B. "En Occidente, sólo baila la gente joven y guapa. Aquí, si estás gorda no pasa nada. Las mujeres no bailan para presumir, bailan para pasárselo bien".

Y una de las ironías de la segregación sexual de Arabia Saudí es que en las fiestas de mujeres jamás entra la policía secreta religiosa, la Mutawa. No pueden hacer redadas en fiestas de mujeres a menos que sospechen que hay alcohol en una -y se meten en un problema grave si se equivocan en esa sospecha."

Hasta aquí la traducción. Espero poder ver el día en que las mujeres saudíes tengan un nivel de libertad, si no tan grande como el de Occidente, al menos como el de las mujeres de otros países musulmanes más igualitarios, como los de el sur del Mediterráneo. Que sigan bailando, y que maestras árabes de baile puedan salir del país a enseñarnos en Occidente.

lunes, febrero 20, 2006

Tengo un problema

He dejado de tener libres todas las tardes en las que mi profesora da clase. Desde ahora y durante un mínimo de siete semanas, no puedo asistir. Me quedan dos opciones: dejar el baile durante un par de meses o meterme mientras tanto en otra escuela que sé que da clases de mi nivel en la única tarde de la semana que casualmente me queda libre.

Apuntarme a esas clases lo siento como una especie de traición a mi profesora, cosa tonta porque a mis clases habituales sencillamente no voy a poder ir. Y no sé si merece la pena ir a una escuela nueva sólo un mes o dos. Por otra parte, si no bailo me volveré loca y volveré locos con mi mal humor a los que me rodean. ¿alguien puede darme su opinión?

viernes, febrero 17, 2006

El sentimiento.

Creo que uno de los mayores problemas de la bailarina primeriza, o incluso de nivel intermedio pero no experimentada, es transmitir sentimiento y tener personalidad propia, individualidad como bailarina. Para ello es imprescindible tener una cara expresiva.

Cuando se aprende en una clase, normalmente estamos prestando mucha atención a realizar correctamente los pasos nuevos. Es difícil concentrarse en donde está cada parte de tu cuerpo. Pide permiso a tu profesora cualquier día para que vaya algún amigo o amiga a verte a la clase, y que os haga fotos desprevenidas, a la clase entera y a ti en concreto, sin que poséis. Si no tienes años de experiencia, verás como casi nunca tienes los brazos (o los pies, o las manos) donde sabes que deberían estar. Por eso, como estamos concentradas, no disfrutamos del baile de forma espontánea. No sonreímos. Lo único que sentimos o pensamos es "¿cómo se hace el paso siguiente?". Ponemos cara de estar a examen.

Las profesoras pueden tomar la expresión de la cara como si fuera un movimiento más. "¡Sonríe!" es un sinónimo de "¡junta los pies!", "¡Dobla las rodillas!". Instrucciones así son... un mal necesario, porque una determinada música o un determinado movimiento le inspira algo a ella, pero no necesariamente a ti. Tiene que ver también con la personalidad: hay bailarinas a las que les gusta sonreír, otras a las que les gusta adoptar un aire misterioso, o seductor, hay de todo. Sigue los consejos de tu profesora, pero no te sientas atada por ella, y sobre todo, no la imites. Resultarías artificial.

Entonces, ¿qué hacer? Pues como con todo en la vida, relajarse y practicar. Bailar delante de un espejo. Mírate a la cara. Piensa en la cara que pones cuando te miras al espejo y te has puesto guapa. Haz tu movimiento de baile favorito. Piensa en diferentes emociones que sientes cuando bailas, en la clase o fuera de ella: un aire seductor, o excibicionista, o simplemente la felicidad de desentumecer el cuerpo. Cada sentimiento se refleja en la cara naturalmente y algo "contagia" el movimiento del cuerpo. Es posible que en clase, practicando coreografías que ya conoces bien, un día te mires al espejo y te des cuenta de que lo sientes tan intensamente que es como si tu cuerpo estuviera contando una historia. Sonríe, y disfruta.

martes, febrero 14, 2006

Con y sin coreografía 3: En clase.

Hay miles de maneras de enseñar la danza del vientre en clases regulares. Respecto a la importancia de la coreografía o de la improvisación, estas son las tres cosas fundamentales que pueden ocurrir en una lección:

1: La profesora improvisa, y las alumnas la siguen como pueden.

2: La profesora baila una coreografía que ella conoce y las alumnas no, y éstas la siguen como pueden (esto puede acabar por convertirse en que todas practican una coreografía que todas se saben sin que la profesora explique nada).

3: La profesora repasa o explica paso a paso cómo bailar una coreografía.

Mi primera profesora sólo improvisaba de forma muy excepcional. En contadas ocasiones puso música y dijo "bueno, ahora bailad como os apetezca y yo miro", que era algo que casi todas las compañeras odiaban hacer. Lo que ocurría también es que la mayor especialidad de esta profesora era crear coreografías de nivel principiante: ahora me puede parecer que las primeras que aprendí eran sosas, repetitivas y esquemáticas, pero eso sí, eran sencillísimas, y fáciles de aprender. Casi como una tabla de ejercicios, una cartilla de parvulario. Lo mejor de aprender con un método así es que te da confianza: no llevas ni un mes en clase pero ya sabes bailar una canción de principio a fin. Lo peor de este método es que te da la sensación, quizá para toda tu vida como bailarina, de que bailar bien significa memorizar muchas coreografías y que la buena profesora es buena coreógrafa. Lo primero es falso, lo segundo simplista.

Mi profesora actual hace absolutamente de todo. Ayer hicimos el calentamiento habitual y previsible, que es casi una coreografía en sí mismo. Luego ella improvisó casi una hora. Por último, bailamos todas una coreografía que la profesora da por hecho que hemos memorizado ya. Otros días se dedican a repasar o aprender coreografías, incluso sin música para comprobar que la técnica es perfecta y que podríamos hacer los pasos a cualquier velocidad. Ahora mismo estamos repasando cinco coreografías al mismo tiempo, que además son de cuatro estilos diferentes (técnica de Mahmoud reda, que supone fusión entre ballet, egipcio clásico y egipcio popular; egipcio con una canción de aire pop; egipcio ni demasiado clásico ni demasiado folklórico; un solo de tambor). Lo mejor de esta metodología es que es muy completa, muy exigente, te enseña a tener cuidado con los detalles y a improvisar. No eres ni esclava de la coreografía ni te vuelves descuidada ya que en la improvisación mandas tú. Lo peor de este estilo es que desanima a las principiantes y a quien le desagrade no tener el control.

No creo que haya en Occidente profesoras que se limiten a la improvisación. Aprender a bailar sólo con improvisaciones te puede volver muy autocomplaciente. ¿que no te salen las ondulaciones? pues no las haces. ¿Que te cansas cuando haces un shimmy? pues los haces de pocos segundos. ¿que eres muy diestra o muy zurda? Pues gira siempre para el mismo lado. No se cuida la condición física tan bien como con una profesora que diseñe coreografías equilibradas y hay mucho menos espíritu crítico. Yo pienso que el extremo "todo improvisado" no es bueno, pero el extremo "todo coregrafiado" sólo es malo si la profesora no inculca a sus alumnas que hay un mundo más allá de la coreografía, para que lo sepan por si quieren investigar. Si viviéramos en Egipto, no saber improvisar nos volvería bailarinas cojas y mancas. Pero aquí en Occidente, a menos que tengamos intención de bailar al más puro estilo egipcio con música en vivo, la improvisación es maravillosa pero no imprescindible.

miércoles, febrero 08, 2006

Coreografía vs. Improvisación, 2: cursillos intensivos.

La cuestión fundamental en los cursillos intensivos es que las bailarinas normalmente son de todos los niveles. Desde curiosas a profesionales. Por eso, los intensivos están orientados a enseñar nuevas técnicas, y cosas que normalmente no se dan en una clase. Algo que se pueda explicar en dos horas de principio a final. El 80% o así de los cursos cuyo programa he leído eran así, temáticos. "Danza tal, de tal país". "Crótalos". Por estos motivos, lo normal es que un curso intensivo normalmente consisten en enseñar una coreografía. Porque, claro:

- Las danzas folklóricas suelen ser coreografías que nadie cambia para nada. Las españolas podeis pensar en las sevillanas: si te enseñan el equivalente argelino de las sevillanas, te tienen que enseñar una coregrafía.

-Las bailarinas profesionales o de nivel avanzado que asistan al intensivo no quieren aprender técnicas: quieren aprender coreografías enteras para poder incorporarlas a sus propios espectáculos. Esto no es universal.

-Muchas bailarinas tienen la sensación de que bailar danza del vientre se mide por cuántas coreografías te sabes de memoria. Afortunadamente, esto tampoco es universal y hablaré de elo con más detalle otro día. Las profesoras que dan intensivos suelen querer tener contentas a las alumnas que piensan así.

-Es más sencillo enseñar una coreografía que enseñar técnicas si sólo tienes dos horas y quieres transmitir algo que tenga sentido.

Alrededor de la tercera parte de los intensivos a los que he asistido consistieron en enseñar técnicas, elementos, y en explicación sociológica/antropológica del baile en cuestión. Una de estas clases fue un desastre y salí con la sensación de no haber aprendido nada; las demás fueron mucho más educativas que las de coreografía. Es decir, es muchísimo más arriesgado y más difícil enseñar los elementos de un estilo para que luego las alumnas los incorporen a su repertorio, que enseñar una coreografía y nada más, pero cuando se quiere enseñar un baile o estilo que originalmente no es coreográfico, y que tiene materia sociológica interesante de explicar, es mucho mejor enseñarlo en sus elementos.

lunes, febrero 06, 2006

Libertad de expresión.

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He seguido con mucho interés la polémica artificialmente creada acerca de las caricaturas de Mahoma en la prensa europea. No voy a dar aquí mi opinión pero no puedo resistir la tentación de este pequeño gesto simbólico.

En general me duele la identificación de los países de donde proviene la danza oriental con el fanatismo, ya sea por parte de los medios de comunicación o en la gente de la calle. Pero desgraciadamente, a veces ese fanatismo es muy real.

Mañana, volvemos a lo nuestro: más sobre la relación entre improvisación y coreografía.

viernes, febrero 03, 2006

Estados de ánimo, chakras y un poco de rollo místico.

Un poco de variedad; advierto que esta entrada de la bitácora va con un poco de vena mística. Tanbién advierto que mis conocimientos de yoga, chakras y demás historias es mínimo. De igual forma que cuando hablé de danza oriental y problemas de espalda describí el efecto del baile en mí y en nadie más, voy a hablar de mi impresión del efecto que tiene la danza en mi estado de ánimo y de algunas opiniones que no son mías acerca de la relación entre danza oriental y chakras.

Hay quien dice que la danza oriental ayuda o previene la depresión y mejora la autoestima; también hay quien dice que esto no es nada especial porque pasa con todas las actividades físicas, y contra la depresión siempre se recomienda algún deporte o similar. Yo lo que sé es que hay movimientos que no puedo hacer sin sonreír casi involuntariamente, y movimientos que hacen que sienta como si la sensación que lleva a la sonrisa (llamadla energía si queréis) empieza un poco por debajo del ombligo, y subiera. Dos de estos movimientos son las elevaciones de la caja torácica, y los círculos muy pequeños con las caderas, pero esto sólo funciona si tengo la pelvis perfectamente basculada, totalmente alineada hacia adelante. Es una cuestión de obligar a trabajar a los abdominales inferiores. Así, la energía de todo el cuerpo parece que se distribuye ejor de una forma difícil de explicar porque no son ovimientos aparentemente económicos: hace falta más esfuerzo para bailar bien, porque por un lado obligas a la pelvis a estar como tú quieres (y al principio ella NO quiere, te lo aseguro)y por otro lado obligas a las piernas y los abdominales a mover las caderas. Bailar mal ahorra energía, bailar bien parece que misteriosamente la multiplique.

Vale, ahora la posible explicación con los chakras. Así para entendernos, los chakras son centros de energía, como cruces en el mapa de carreteras de las energías del cuerpo. Hay muchos pero los que se conocen más son los siete que están a lo largo de la columna vertebral. El primero, o base, está justo entre las piernas, y de él se dice que depende las ganas de vivir, la energía vital más básica. El segundo no está mucho más arriba, y rige los afectos, la capacidad de dar y recibir amor, y cariño, sexual o no. El tercero está en el plexo solar, más o menos a la altura de los abdominales más altos, ésos que se contraen para elevar la caja torácica. Éste rige la conexión entre lo mental y lo emocional en una persona; la autoestima; la fuerza de voluntad. Los chakras son energía, así que les gusta moverse, la actividad. Los movimientos pélvicos son especialmente buenos para el segundo chakra.

Quién sabe. A lo mejor es verdad.