Este fin de semana tuvo lugar el segundo festival de danza oriental que han disfrutado las sevillanas en poco tiempo: el primero fue de danza tribal, y no pude asistir, y el segundo ha sido más variado, y pude escaparme a ver por lo menos la gala. Se nota que la ciudad da para esto y para más. Y quizá el próximo paso sea acercarse un pelín más al modelo americano para estas cosas, a saber: variedad de vendedoras en el evento, y dos galas, una de asistentes y otra de profesoras.
La verdad, si tengo que decir toda la verdad, es que desde que vi el espectáculo Raks Sharki Night me he vuelto exigente con el nivel organizativo y la calidad de las galas profesionales. Quienes hayan visto los dos espectáculos espero que estén de acuerdo en que el nivel de profesionalidad tanto de las organizadoras como de las bailarinas era parecido, y creo que podemos aspirar a que no baje de ahí. Es decir: que podemos mantenernos en salas limpias, con un escenario bien montado, bien iluminadas y acondicionadas, en las que quepan cómodamente sentadas por lo menos 200 personas. La luz y el sonido las llevan personas que saben dónde están los botones y que han visto el ensayo así que no va a haber errores muy graves o muy tontos. Las bailarinas son todas como mínimo semiprofesionales y todo lo que nos muestren va a ser, como mínimo, correcto. Música en vivo no es mucho pedir, como tampoco lo es la puntualidad, y que haya algo que cubra los tiempos muertos provocados por los cambios de vestuario.
De este detalle no tengo información, pero lo asumo: todas las bailarinas cobran por bailar. Todas. No se utiliza a alumnas como teloneras.
Todas estas son cosas que podemos dar por supuestas en Sevilla de ahora en adelante. Me encantará seguir asistiendo a galas de alumnas de las de andar por casa, las adoro. Pero está definitivamente clara la diferencia entre un show "de verdad" y una gala de alumnas.
Bien, yendo a la ocasión. Disfrutamos con los bailes de: Aljaradanza y solistas, Beatriz Crespo y sus músicos de Salamat, Esalim y su compañía Mabruk, Carolina Prior y Ashira, Zuel, Mistri, Helena y sus Duendes de Oriente, Samah, las Bailarinas del Agua, Lili, y Raqs al Hilal. Si cuento bien, once compañías y solistas sin contar con las solistas que pertenecen a una compañía. Provenían de Sevilla, Málaga, Córdoba, Cádiz, y bueno, Mistri por lo que veo parece que es de todas partes!
La introducción de Aljaradanza y un número de una de sus solistas consistieron en representaciones de aspectos domésticos o de violencia de género. En primer lugar, vimos a las aljaradanzarinas escenificar escenas domésticas con pasos de baile, alternando distintas emociones en función de la música. Ese número me gustó mucho más que el otro, en el que un hombre con zancos y caracterizado como un estereotípico árabe manipulaba a una bailarina como si fuera una marioneta. No sé, me pareció demasiado simple, y si voy a ver algo desagradable prefiero que me avisen antes.
Mistri presentó dos piezas; pocas bailarinas lo hicieron. La primera era más clásica y la segunda más bhangra/funky. La verdad es que impresiona verla actuar en directo por la enorme cantidad de ropa que lleva, mucha más de la que vemos en las películas de Bollywood. ¡Eso tiene que pesar!
Mistri baila de una manera muy expresiva, realmente como una actriz de cine musical. Me encanta la delicadeza con la que ejecuta los movimientos más difíciles, no convirtiéndolos en el centro de atención. Es sencillamente bonito, algo que a veces se nos olvida.
Beatriz Crespo nos dejó al Habibi, a mí y a todo el público de piedra. Para empezar, llevaba música en directo, un grupo de tres músicos excelente. Tocaban música árabe al estilo de, por ejemplo, Caravasar. El primer número de Beatriz era de fusión clásico hindú-oriental. Como suena. Con sus mudras de las manos y todo, una cosa con un grado de control + expresividad = Nia al borde de echarse a llorar. Nos quedó la curiosidad de si los gestos claramente expresivos, como "me alejo con cara de susto", "me miro en un espejo y me arreglo", eran una narración o sólo eran pequeños detalles salpicados.
La segunda pieza de Beatriz, con crótalos y juegos con los músicos, era más oriental que la primera pero mantenía el toque hindú y añadía algunos elementos extra, como giro derviche, una de sus especialidades. Sinceramente, hay pocas bailarinas solistas a las que me apetecería ver dos horas seguidas, y Beatriz es una de ellas.
Más cosas: siempre es un placer ver a Esalim y Mabruck, no sé cuántas veces las he visto ya este año, ¿tres? y tengo la sensación de que el número baladi de Esalim no está ni coreografiado. Son muy divertidas: ¿quién más se atreve a jugar a las palmitas en mitad de una coreo? Tendré que perseguirlas por ahí para vere si las veo bailar más de una cancioncita suelta.
De Zuel os puedo decir dos cosas que no haya dicho veinte veces: que está bailando en un estilo ligeramente más contemporáneo (bien) y que está más delgado (mal). Zuel, cariño, a la próxima actuación te llevo una caja de mantecados.
Me enteré tarde de que participaba, y además con un taller, Helena la tribalera malagueña, ésa de la que el Habibi me deja que esté un poquito enamorada. Y no me enteré, y no fui al taller. Buaaaaaahhhhhhh. En fin. Helena bailó un número demasiado corto, de fusión extremo oriente / tribal (oooohhhhh) y luego interpretó con su compañía Duendes de Oriente una coreografía con abanicos en las que hacían distintas figuras como flores, olas, dragones, etc. El grupo parecía de nivel tirando a intermedio-no profesional pero había bailarinas de todas las formas y tamaños, algo que como he dicho en otra ocasión, me encanta. Al Habibi también. Otro día os pongo su reseña.
Hacía unos mil años que no veía a Samah. Su número puso a público de pie, fue muy alegre, y como he dicho antes de Mistri, muy bonito. La verdad es que las bailarinas que practican estilos clásicos, coquetos, sin muchos alardes innecesarios, no están los suficientemente valoradas.
No puedo decir mucho que no haya dicho ya de las Bailarinas del Agua (crótalos), Ashira (también crótalos) y Carolina Prior (sable). Todas has sido mis maestras, y lo seguirán siendo, y seguiré haciendo kilómetros para que me cuenten cosas.
Nayla interpretó una coreografía con shamadan tan espectacular como requiere un accesorio tan extraordinario. La última Aljaradanza con solo, Hala, fue la única particpante de la gala que consiguió palmas sin pedirlas. Ole tú, tu shimmy, tus sonrisas y tu nena que nos alegra desde el calendario de Ana Bella este mes tan triste.
Y si de Lili digo que baila cada vez mejor va a sonar a que hace tres años me gustaba menos, y no es eso, pero como no lo puedo decir de otra manera, pues lo digo. Lili baila cada vez mejor.
Finalmente, las Raqs Al Hilal trajeron un montaje que supongo que sólo puede calificarse de tribalesque. Siempre ha sido un punto fuerte de este grupo la creación de montajes musicales complejos en una sola coreografía, y ese fue para mí esta vez el problema de su actuación. Era como el Postre de la Casa, con tres bolas de helado, y fruta, y caramelo, nata, chocolate y guindas. Un exceso. Creo recordar cinco canciones diferentes utilizadas durante unos pocos compases antes de la traca final, el Smooth Criminal de Michael Jackson en versión tribalera. Las seis ideas que nos soltaron eran todas geniales, pero no me convenció el efecto acumulativo.
Espero que este festival tenga muchas más ediciones, porque desde luego esta primera me ha dejado con ganas de repetir.
lunes, noviembre 30, 2009
Reseña de espectáculo: Festival Isbilia
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4 comentarios:
Bonita reseña, una vez mas te doy las gracias Nia, ya que yo no pude asistir a esta gala, tu me la has descrito perfectamente. Bueno respecto a Lili pues tienes razón cada vez baila mejor y es verdad que no por eso quiere decir que antes nos gustara menos, lo que yo tambien he notado es que el estilo de Lili es cada vez mas egipcio, bueno que puedo decir de Lili si con ella conoci realmente lo que era la danza oriental.
Bueno Nia un abrazo muy fuerte y sigue asi.
Disculpa que interrumpa pero me parece que has sido muy muy muy magnánima. La organización a la entrada fue nefasta, todos apiñados con y sin entradas en un cuello de botella. La iluminación fue bastante pésima, solo se veía bien cuando la cámara que grababa parte del evento encendía el foco.
La Gala se hizo eterna, larguísima y sin pausas, la presentadora no tenía gracia.
Podría decirte muchas cosas no tan complacientes sobre la actuación de cada uno de los participantes pero no lo creo oportuno.
En fin, que una reseña muy bonita, muy correcta y sobre todo muy diplomática.
Está claro que coincidimos en el mismo sitio y a la misma hora, pero creo que no vimos el mismo espectáculo....
JoseM, ¿eso va por mí, o por la crítica anónima?
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