Me he encontrado por ahí una opinión sobre danza oriental de un hombre, que destaca no por venir de un hombre sino porque observa la danza desde un punto de vista metido en una especie de burbuja, sin conocimientos ni prejuicios culturales. Pura ensoñación y pura estética. La opinión, aquí.
Mi lado feminista piensa que un hombre blanco puede permitirse el lujo de ver cualquier hecho de la vida sin politizarlo. Total, él nunca ha necesitado liberarse. Mi lado más ingenuo recuerda una época, hace años, en la que una bailarina de danza oriental era simplemente mágica, como una bailarina de ballet con purpurina y articulaciones extra en la zona lumbar. Pude ver danza oriental dos veces, con dos bailarinas distintas, antes de saber nada sobre este baile. La primera vez era casi demasiado pequeña como para entender que alguna gente veía en ella implicaciones sexuales, y la segunda vez, ocurrió en una Universidad, rodeada de chicas de aire hippie, y con una bailarina demasiado elegante como para ver en ella nada obsceno.
Es una bendición que todos los prejuicios que he conocido de la danza oriental me llegaran después de empezar a bailar.
jueves, abril 19, 2007
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1 comentario:
más que el comentario en si lo que me ha dejao más alucina son los comentarios de abajo
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