miércoles, octubre 03, 2007

Odaliscas, II

Hace algún tiempo dije por aquí que no me hace gracia el término "odalisca" para referirse a las bailarinas. Sin embargo, he visto en la web de la tienda Odalisca, de Madrid, una interesantísima explicación de su nombre, que cortopego porque no es posible hacer un enlace directo.

El término odalisca, con el decidimos definir nuestro proyecto, lleva implícito alguna que otra paradoja.
Del fr. Odalisque, y este del turco odalik, concubina. 1. f. Esclava dedicada al servicio del harén del gran turco. 2. f. Concubina turca. Esta es la definición que aparece en el diccionario de la Real Academia de la Lengua.

Teniendo en cuenta que hasta incluso el término de " bailarina" ha tenido connotaciones peyorativas hacia la mujer dependiendo de la época (y cuántos más), deseábamos tomar un vocablo que no dejara lugar a dudas acerca de su significado oficialmente denigrante hacia la mujer, transformándolo y haciéndolo nuestro.
Lo que nos llevó a tomarnos esta libertad para algunos, suponemos, que tiránica, es el estado vivo de la lengua, una preciosa herramienta no inmutable, sino todo lo contrario; algo vivo, que crece, se desarrolla, se transforma con el devenir de la historia, de la cultura y de la ideología y que es capaz de transformar realidades.
Cada día que pasa, odalisca se asocia más con la idea de bailarina de la danza oriental que con su significado etimológicamente correcto.

Aprovechando esta corriente, nosotras queríamos aportar nuestro granito de arena: Tomar a las ODALISCAS y transformarlas de esclavas, prostitutas, inferiores en libres, hermosas, decididas..., bailando al son de una música maravillosa.


Es exactamente lo mismo que han hecho, por ejemplo, los homosexuales. En inglés, la palabra "queer" pasó de significar "raro" a ser un insulto hacia los homosexuales, que se la apropiaron como una definición para todos los no-heterosexuales. Hoy día, en inglés, si estudias sociología (entre otras cosas), "Queer" es el término técnico para las personas no heterosexuales. Y uno de los símbolos más conocidos del colectivo gay, el triángulo rosa, era el que los nazis utilizaron para identificarlos.

Visto así, cuantas menos palabras signifiquen "mujer vendida", mejor, ¿no?

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Dar un nuevo significado a un término... Es una opción interesante.

Anónimo dijo...

Me encanta la tienda de Odalisca, son super buena gente y está muy dedicada para las alumnas. Los precios son super económicos comparados con otros como Alarde.Cada vez que voy a Madrid hago la perigrinación a la Meca y me paso por allí, siempre cae algo.
Muaaaaaaaaaa

Anónimo dijo...

Me gusta. Es casi revolución social. Cambiarle las gafas a la gente y hacer de lo sórdido y de lo peyorativo un término misterioso y hermoso.

Unknown dijo...

La idea de apropiarse de las palabras y darles un nuevo significado siempre me ha atraído. Por eso es que uso la palabra "odalisca" sin remoldimientos. Sé sus orígenes y el porqué hay quienes no la usan, pero entiendo que no debemos tenerle miedo. Una situación similar está ocurriendo en el mundo anglohablante con la palabra "bellydance".