jueves, junio 12, 2008

Estoy triste.

Como estoy un poco desconectada del mundo, me he enterado hoy de que Harriet McBryde Johnson se murió hace una semana. McBride era una activista y defensora de los derechos de los discapacitados; era abogada y vivía en Estados Unidos.

Hace unos años tuve que leer algunos de sus artículos y me impactó su forma clara de hablar sobre lo "normal" que es la vida de las personas con problemas graves de salud y cómo igual de mala es la discriminación que la lastimita.

¿y qué tiene esto que ver con el baile? Pienso que de la vida de personas como Johnson y de sus escritos, que me parece que no se pueden encontrar en español, se puede aprender mucho sobre cómo tratar y cómo no tratar a nuestras compañeras con minusvalías y con enfermedades crónicas (conozco a varias bailarinas con depresión, fibromialgia, o problemas de visión entre otros). Nada de lástima; las palmaditas en la espalda, a los perritos. Actitudes como decir "qué valiente eres" señalan el problema sin resolverlo. O, ¿tratarías con la misma actitud de "ooooohhhhhh, mira cómo supera sus limitaciones" a una compañera a la que le cuesta pagarse las clases? ¿o a una que pese veinte kilos más que tú? ¿A que en esos casos la lástima es un insulto?

1 comentario:

Lydia dijo...

La verdad es que estoy completamente de acuerdo contigo y por ende con la autora.En mi opinión las palmaditas y elogios en exceso no hacen sino retrasar la evolución que podría tener la persona, quizá fomenten sin quererlo al conformismo.

Leñe me has picao y no hay escritos en español...yo el inglés, chungo.Me han venido a la cabeza muchas cosas de mi época en Magisterio.

Un saludo.Lili.