Vaya descubrimiento. Hace poco terminé "Leer Lolita en Teherán", la autobiografía de Azar Nafisi, que fue profesora de Literatura Inglesa en la Universidad de Teherán y en otras escuelas de la misma ciudad aproximadamente desde 1979 hasta 1995. Es decir, después de haber pasado cerca de diez años en Estados Unidos, volvió a su país y se encontró con la revolución, la dictadura de Jomeini, y el principio del relativo aperturismo posterior. Esta crisis y esos momentos tan terribles para la vida y las libertades de los iraníes, que pasaron unos años ochenta bastante complicados, fueron en parte la reacción violenta al sistema anterior, que hizo el país demasiado laico, demasiado rápido, demasiado pronto.
En fin. El baile. Según leo me decepciono un poco porque me habría gustado ver alguna mención de música o danza tradicionales iraníes, y cerca del final del libro, veo esta anécdota: después de una clase mixta, los hombres salen y las mujeres se quedan charlando con la profesora, comentando las semejanzas entre el comportamiento de los protagonistas de una novela y el típico baile de salón europeo. La conversación pasa a lo que vais a leer ahora. Hay que tener en cuenta que todas van envueltas de pies a cabeza en mantos o prendas parecidas a vestidos muy amplios, y con un velo ajustado a la cabeza, así que los movimientos del baile se adivinan más que se ven.
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Pregunto, ¿quién sabe bailar danza persa?. Todo el mundo mira a Sanaz, que es tímida y se niega a bailar. Nos metemos con ella y la chinchamos, y hacemos un círculo a su alrededor. Cuando comienza a moverse, avergonzada al principio, tocamos las palmas y tarareamos una canción. Nassrin nos advierte de que tenemos que hacer menos ruido. Sanaz empieza con timidez, dando pasitos elegantes, moviendo la cintura con gracia y energía. Como nos reímos y nos vamos animando, ella se vuelve más atrevida; mueve la cabeza de lado a lado, y cada parte de su cuerpo se afirma, compitiendo con el resto por nuestra atención. Su cuerpo vibra mientras da sus pasitos breves y baila con las manos y los dedos. Hay una mirada especial en sus ojos, valiente y cautivador, creado para atraer, para arrastrar, pero al mismo tiempo se aleja y se vuelve esquivo con un poder que Sanaz pierde en cuanto deja de bailar.
Hay diferentes formas de seducción, y la clase que he visto en bailarinas persas es tan única, una mezcla tal de descaro y sutileza, que no le encuentro equivalente occidental al que compararlo. He visto mujeres de muchos orígenes diferentes adoptar la misma expresión: una mirada coqueta, difusa, lánguida. Vi esa mirada de Sanaz años más tarde, en la cara de mi sofisticada amiga Leyly, educada en Francia, cuando se puso un día a bailar una música llena de momentos de naz, eshveh y kereshmeh, palabras cuyos sustitutos en inglés (coquetería, provocación, seducción) parecen no ya pobres, sino irrelevantes.
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Interesante, no?? Según una web cuyo enlace no recuerdo, la danza persa no es en absoluto danza oriental. Youtube no me ayuda esta vez. ¡Seguiremos investigando!
jueves, junio 07, 2007
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5 comentarios:
yo estube indagando sobre danza persa hace un tiempo y es cierto que en el youtube nada apenes porque lo que te viene como danza persa o danza irani tanto si lo buscas en ingles como en españiol no parece tener apenas diferencias con la danza oriental a ver si localizo los articulos que encontre y t los paso
Ya se sabe que la danza oriental es danza oriental y lo que tenga otro nombre no lo es...
En el concierto que Solace hizo en Madrid, Ana Saeeda bailó danza persa con una pieza de Solace.
Ella iba vestida con una falda roja y una chaqueta de terciopelo de manga larga y hasta la cadera.
Era una danza muy expresiva en cuanto a brazos, eran lo que más importancia tenía.
Parecía que era un poco improvisado, pero el resultado fue muy bonito
Indotari, qué intrigante. A ver si pillo un vídeo de buena calidad por ahí.
La bailarina Lubna Shakti baila danza persa. impartirá un curso en la escuela Dance Factory de Madrid
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