El trabajo de suelo (es decir, bailar de rodillas)

Ya expliqué algo sobre bailar de rodillas al hablar del Shamadan. Ahora voy a hablar de técnica y no de cultura (bueno, cultura habrá algo, pero lo mínimo).

La danza oriental es la única que conozco en la que se realiza trabajo de suelo; no sé si esta denominación es común en español, pero es la traducción literal del inglés "floor work", y "bailar de rodillas" suena muy raro. Además, trabajar en suelo es más que estar de rodillas.

La premisa básica es que el trabajo de suelo es propio de espectáculos y no del folklore, porque el folklore se tiene que poder bailar en la calle. Eso obliga a llevar una posición de las manos elegante, zapatillas tipo ballet, lentejuelas... nada que sea exclusivamente folklórico. La convención es que en mitad de una coreografía que se hace de pie, en un momento dado la bailarina se arrodilla, baila de rodillas una estrofa de la canción o como mucho dos, vuelve a subir y sigue bailando de pie. Es un "¡oh!" puntual.

Aparte, es sencillo distinguir cuatro posiciones más o menos: con las dos rodillas en el suelo, con una sola, sentada sobre una cadera con las piernas recogidas a un lado, y tumbada boca arriba, con los codos en el suelo apoyando el peso del cuerpo.

Es casi de lógica, una vez que estás en el suelo, qué clase de cosas se pueden hacer. Si estás de rodillas o sentada, puedes mover los brazos. Elegantemente, por favor. Si los brazos son tu punto débil, no bajes al suelo, porque el hipotético público no tiene absolutamente nada más en que fijarse.

Con una rodilla en el suelo, puedes dar botes con la cadera que queda en el aire. Con las dos en el suelo, puedes hacer algunas figuras fundamentales de las caderas: círculos, ochos horizontales, y shimmies. Trabajar de rodillas sobrecarga los muslos, así que ten cuidado de no hacerte daño. No te pases: si has hecho un buen calentamiento, ¡los tirones se sienten al día siguiente! Con las dos rodillas en el suelo, también puedes pobar a hacer el puente, pero ten mucho cuidado.

Una opción interesante y segura es mover la cabeza (deslizadas laterales, o jugar con el pelo) o la caja torácica, haciendo círculos amplios, o pequeños acentos. Bajar lenta pero segura, con las manos unidas sobre la cabeza y haciendo deslizadas con la cabeza, es un movimiento de aire exótico y misterioso que me encanta porque suele sorprender.

En mi opinión, el trabajo de suelo es arriesgado en todos los sentidos. Físicamente, sobrecarga las piernas y es necesario tener mucha elasticidad. No puedes utilizar la fuerza de la pierna entera, sino sólo la zona frontal del muslo. Es más difícil bascular la pelvis, y como los movimientos de cadera se hacen más difíciles, toda la atención se centra en los brazos. Estilísticamente, es importante que te guste y que tengas seguridad en ti misma, porque la posición es difícil y nadie baila bien si tiene cara de sentirse incómoda. Por otra parte, al parecer en su concepción original cuanto más cerca estés del suelo más sexual es el carácter del baile, así que no debe ser utilizado en exceso. Creo que el baile en el suelo es un extra, es como si el suelo se añadiera a la lista de accesorios como los crótalos o el bastón. Es bueno saber utilizarlo, pero no imprescindible.