Si no lo digo, reviento.
No tengo nada en contra de los programas de talentos. A veces me gustan, a veces no. Sin embargo, odio ese estilo de danza pseudo-contemporánea, pseudo-fanqui, pseudo-rapera, que es la constante en los programas de talentos para bailarines. No la soporto. Es repetitiva, aburrida, y casi siempre inexpresiva. Que no. Me gustan las fusiones, pero esta no es ni chicha ni limoná.
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3 comentarios:
Te doy la razón.
Caso aparte también son los programas de talentos variados, como tienes talento y similares, en los que las televisiones rellenan parrilla con buenas actuaciones sin pagar un duro a los artistas que van a concursar.
yo creo que como todos los programas de televisión (ya busquen cantantes, bailarines o bomberos) terminan por ser eso, programas de televisión, con lo que se olvidan de lo demás y se centran en enganchar al espectador, que como espectador se traga casi lo que sea.
un abrazo :-)
Pues sí, Leo, supongo que ese estilo insulso de danza parte de la necesidad de que un coreógrafo o dos creen entre 5 y 10 coreografías a la semana, con música necesariamente de moda, y para bailarines de habilidad y tiempo limitados. Conclusión: fanqui descafeinado con sacarina.
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