jueves, marzo 30, 2006

Más sobre bailar y sexo: la motivación de las alumnas.

Aderencia: esta es una reedición, casi una reelaboración, de una reseña a cierta página promocional que ha cambiado mucho y que no nombraré aquí. Lo pasado, pasado está. En esta reedición no estoy pensando en ninguna escuela determinada.

Algunas escuelas, en su estrategia comercial, hablan de sexo, o más que de sexo, de sensualidad. También hay mucho por ahí sobre energía femenina y similares misticismos. Samah, mi profesora, una vez nos contó escandalizada que vio un anuncio de una escuela que aconsejaba la danza oriental "para tener un cuerpo de diosa". ¿Diosa?

Las referencias a la sensualidad y sobre todo a la seducción me ponen furiosa. Yo no bailo para seducir, y creo que bailar para seducir es denigrar el baile. Antes de que nadie piense que no veo el aspecto sensual de la danza, claro que lo veo, y lo disfruto. Pero yo no bailo para ser una persona seductora ni para aumentar mi poder de seducción, y lo que es más interesante, en dos años y tres escuelas aún no he conocido a ni una sola compañera de clase que baile por ese motivo. He conocido a mujeres que bailaban por alguno de estos otros:

-Necesitaban actividad física suave por motivos de salud y la danza les iba bien.
-Les gustaba ver el baile, y ahora querían poder practicarlo ellas.
-Les motivaba una actividad física en la que no existía presión para adelgazar o estar delgada, y poder ver a grandes profesionales que no estaban delgadas.
-Les gustaban los trajes.
-Les atraía la idea de una cultura exótica, lejana. Esto lo he visto más en las americanas que bailan flamenco.
-Les divertía. Les ayudaba a conocer gente.
-Les gustaba la música y mejorar su sentido del ritmo.
-Era una buena forma de perder peso o mantenerlo.

A lo mejor las docenas de compañeras que he tenido estos dos años me han estado mintiendo, y en realidad vienen a clase a sentirse sexys.

En ocasiones el marketing sexy no viene de las profesoras, sino de los gimnasios o escuelas de baile para los que trabajan, en los que lo único que importa es ganar dinero con alumnas nuevas. Esto es un error por pensar a corto plazo, porque se nota que precisamente las alumnas que van a su primera clase de danza oriental pensando que consiste en aprender a bailar sexy, a la segunda clase se han cansado de la dificultad, y se han ido. Eso lo he visto muchísimas veces.

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