martes, marzo 21, 2006
Triste.
Hace un mes dije que iba a tener que cambiar de escuela por una cuestión de incompatibilidad de horarios. A partir de la semana que viene o quizá la otra, no voy a tener ni una sola tarde libre de lunes a jueves, hasta las 9 de la noche. No quiero pensar demasiado en cómo me las voy a apañar; espero que las profesoras de Sevilla ofrezcan suficientes intensivos, y le quitaré el polvo a mi colección de DVDs. A vér qué tal.
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