jueves, marzo 09, 2006

Historia de un pobre camello cojo

Lo he dicho cincuenta veces y lo repetiré otra: teniendo en cuenta mi nivel (dos años practicando varias veces a la semana), lo que peor me sale de todo el repertorio de movimientos es ondular, especialmente si se trata de "camellos", es decir, ondulaciones frontales. Parte del problema es estructural: tengo estos huesos, y estas desviaciones de columna, y con eso tenemos que apañarnos. Otra parte del problema es emocional: es como si las ondulaciones fueran demasiado bonitas para mí. No se lo digáis a nadie, pero todavía queda una vocecilla en mi cabeza que no se cree todo lo que he conseguido bailando en estos meses. Estos son los problemas que me toca a mí superar.

Otros dos problemas van teniendo solución. El primero era mi falta de fuerza, de tono muscular, de cintura para arriba. Ya conté una vez que tardé cinco meses de trabajo de fortalecimiento de la parte superior del cuerpo en poder hacer camellos. No en hacerlos bien, sino en hacerlos. Siguen sin salirme siempre bien y todavía ahora me puedo quedar atascada a medio movimiento. Es normal: ¿cuántos movimientos a lo largo del día trabajan la fuerza y coordinación de la espalda y los pectorales? ¡Ningún movimiento normal de la vida diaria los utiliza de esta forma! La solución a este problema es sencilla: práctica.

Del último problema ya he hablado, referido a otras técnicas: La danza oriental no tiene un estándar fijo ni un vocabulario único. Cada profesora ha aprendido de otras profesoras, y si tienes suerte, la profesora que te ha tocado a ti ha estado aprendido con los grandes en Egipto y Turquía y lo que te está enseñando es el mejor estilo disponible. Pero cada uno aprende como puede, según su experiencia y personalidad, y distintas profesoras enseñan lo mismo de forma tan diferente que influye en cómo aprendes tú. ¿Qué tiene que ver esto con el camello? Pues que a mí sigue sin salirme bien porque no he estado con ninguna profesora el tiempo bastante para absorber su técnica entera.

Mi primera profesora no ondulaba especialmente bien, y lo peor, no tenía una técnica que unificara cada ondulación. Había nombres diferentes para hacer un camello que recorriera todo el cuerpo hasta los pies como una onda; que parara en seco en las caderas; como desplazamiento lateral; y como desplazamiento hacia adelante. El camello normalmente es de arriba a abajo; una onda de abajo hacia arriba la conocíamos con otro nombre y otra técnica también.

Samah parece considerar que todas las ondas son formas de camello. A mí no me parece que su "camello al revés" sea realmente una inversión de un camello normal, pero en todos los demás casos estoy totalmente de acuerdo con ella. Es muchísimo más fácil pensar que una ondulación se divide en saca pecho-hunde pecho-mete pelvis, y que todo lo demás, es decir los pies, es secundario y ya llegará. Unificar simplifica el aprendizaje, siempre, a pesar de que esta profesora me haga un lío haciendo de éste un movimiento tres-cuartos. Mañana explico lo que es eso.

La profesora con la que estoy pasando este mes utiliza una técnica un poquito diferente y atribuye mi torpeza a que he aprendido "saca pecho-hunde pecho-mete pelvis" en lugar del orden que ella enseña, que es "mete pelvis-relaja pelvis-saca pecho-hunde pecho". Como generalmente las ondulaciones se hacen en series, un ciclo de pelvis-pecho-pelvis-pecho-pelvis-pecho da igual por qué parte del cuerpo lo empieces. La mayor diferencia entre Samah y Shakti no es que una empiece por el pecho y la otra por la pelvis, sino que una enseña un movimiento en tres tiempos y la otra lo enseña en cuatro tiempos.

En fin. Esta tarde tengo clase. A ver qué tal se me da esta vez mi pobre camello cojo.

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