martes, junio 27, 2006

Corregir errores en clase

Ya he dicho alguna vez que es importante que las profesoras sepan corregir los defectos a las alumnas. En esto cada profesora tiene un estilo y una forma de pensar. Os voy a contar qué me he encontrado y qué me parece bueno y malo.

Yo no soy profesora de baile, pero sí soy profesora... de idiomas. Algo que aprendí al principio de mi formación académica es que corregir no es esencial, y que lo que se puede corregir sin agobiar al alumno son dos cosas: los errores tan graves que impidan la comunicación, y los que estén relacionados con el aspecto que considere el centro de la lección del día. Todos los demás, mejor los dejo para otro día, y confío en que los alumnos tarde o temprano aprenderán a base de imitarme. Con la danza oriental creo que se puede hacer una comparación: se pueden corregir todos los errores que supongan riesgo de lesiones (¡esa pelvis!) y lo que en una lección bien planificada, la profesora sepa que es la clave del día. Por ejemplo, si Isa un día se está centrando en explicar tipos de ritmo, no pierde el tiempo en decirme que no mire al suelo, sino que marque correctamente y al tiempo los DUM y los TAK, según sea el caso.

Hay profesoras que te corrigen a ti personalmente, y otras que dicen "estoy viendo a algunas personas que hacen así con el codo, y eso queda mal, el codo va de esta otra manera". Oooooooodio este segundo método porque siempre me siento aludida. Si hago algo mal, quiero saber que lo hago mal yo. Y si cualquiera quiere bailar, más le vale ser capaz de encajar una crítica, sobre todo si se da con tacto. Aunque claro, esto ya es una cuestión de las preferencias de las profesoras, porque son humanas y a algunas sencillamente no les gusta la pequeña "confrontación" que supone corregir individualmente.

Otros profesores son tan buenos y tienen tanta experiencia que son capaces de adelantarse a tus errores. Explican una figura y dicen "¡eh! esto se hace sin levantar los pies del suelo, es así, no así", antes de que nadie haya tenido tiempo de equivocarse. Me gusta que se me adelanten de esta manera, y además es un signo de que os está mirando a vosotras, no se está mirando ella en el espejo sino que está muy pendiente y se adelanta a vuestros pensamientos. Es más habitual de lo que parece, si la profesora tiene, como digo, mucha práctica.

Algunas profesoras no corrigen nunca o casi nunca, sobre todo más allá de los niveles iniciales. Este era el mayor fallo de quien me introdujo en la danza oriental. Que te enseñen sin corregirte no es hacerte un favor, al contrario. Te crea vicios en la postura y lagunas en los movimientos. Retrasa el aprendizaje. Las razones que puede haber para no corregir pueden ser: una, el miedo a molestar. Observé que esto era frecuente en Estados Unidos, donde una alumna susceptible podía irse y no volver. Dos, la mala intención, porque hay desaprensivas que no quieren que sus alumnas sean tan buenas como ellas para que no sean, un día, la competencia. Tres, la falta de paciencia, creer que corregir a una persona ralentiza el ritmo de la clase entera. Y cuatro, que sencillamente la profesora no piensa que corregir sea útil o necesario.

La forma más absoluta de saber si tu profesora no te corrige cuando lo necesitas es ésta: Si te duelen las lumbares después de clase (o al día siguiente) varias sesiones seguidas, es que llevabas mala postura. Si no te corrigieron, ese dolor no es culpa tuya, ni de la danza. Cámbiate de escuela.

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