martes, marzo 21, 2006

Más sobre velos: cómo escoger.

Para entender bien este artículo, quizá deberías leer este otro primero.

Hay tres clases de velos: de gasa, de seda, y melaya, un velo pesado que me parece que es de algodón. Lo único que sé sobre la melaya es que es un baile folklórico egipcio. Los velos de gasa y de seda se utilizan en coreografías parecidas, pero con algunas diferencias:

Hay dos clases de velo de seda: opaco y transparente. El opaco tiene mucha caída, es decir, a pesar de ser de peso ligero se deja arrastrar poco por la inercia. Además, que sea opaco impide o dificulta movimientos en los que la bailarina se esconde o "encierra" dentro del velo, pero hace posible lanzarlo al aire por entero y volverlo a coger. El baile con velo de seda tiene mucha más dificultad que con velo de gasa, porque no "ayuda" al tener tanta caída.

El velo de gasa de seda, al contrario, es como el de gasa sintética pero con muchísimo menos peso, así que es más bonito pero menos manejable.

En ambos casos, naturalmente, un trozo de tres metros cuadrados de seda natural sale caro.




El baile con velo de gasa es por tanto el más habitual. No todas las gasas son iguales. Las profesoras que lo enseñan suelen llevar a la clase una bolsa de velos para que las alumnas cojan. Es una cortesía de la profe, pero deberías tener tu propio velo, porque cada tela tiene un peso, y el peso es vital. Más peso supone un mayor esfuerzo para sostener: al tener los brazos en alto, te pesarán. Pero este peso hace que el velo vaya donde tú quieras, porque hay más inercia. Por ejemplo, en un giro, el velo se levanta más fácilmente, y luce mucho mejor. Los velos muy ligeros captan cualquier corriente de aire. Es una cuestión de preferencia de la bailarina. Si sabes que tu trabajo de brazos no es bueno porque dejas los brazos caer, y un velo prestado te ha pesado mucho, busca uno ligero. Si el velo parece tener vida propia y no va donde tú lo mandas, busca uno algo más pesado.

Yo aprendí a bailar con velo con uno extraordinariamente ligero que tenía una cinta dorada en dos de los cuatro bordes. Uno así tiene todas las ventajas del velo unn poco más pesado, porque el peso del adorno "arrastra". El que tengo ahora es parecido: más ligero que pesado, muy transparente, pero con una costura por todo el borde. Es bonito, y siento que bailo mejor con uno que lleve el peso repartido así.

El tamaño del velo depende de tu altura. Si coges el velo como una capa por detrás de ti, pones los brazos en cruz y luego por delante como para tirarte a la piscina, debería sobrar 20 cm. por cada lado, aproximadamente. Debe llegarte más o menos por las rodillas, o justo por encima. Menos, queda feo. Más, lo pisarías.

El velo, en mi opinión, no debe hacer juego con la ropa, porque no es una prenda de vestir y no debería parecerlo. Debe combinar de una forma bonita, pero no tanto como que parezca que el velo y la falda son el mismo traje. En mi caso, por ejemplo, mis pañuelos de la cintura son morados, uno de ellos con un adorno rosa claro. Mi ropa de bailar es negra, o roja. Mi velo es de un gris muy claro, y la costura es rosa fucsia. Así puede combinar con todo, pero no parece que forme parte de la ropa.

2 comentarios:

Gracia Iglesias Mínguez dijo...

Muy interesante el artículo. Empecé hace poco a bailar danza oriental y me quería comprar un velo pero no sabía si de seda o de gasa. Por tu descripción creo que empezaré con uno de gasa, me parece más cómodo para bailar por lo menos en los primeros años.
Gracias ;)

Nia dijo...

De nada, gracias a ti por comentar! Suerte con tu velo :)