Otra recapitulación: sexo.

En vez de repetirme hablando de nuevo sobre danza del vientre y sexo, aquí tenéis todo lo que he escrito hasta el momento sobre el tema.

Para empezar: La danza del vientre no existe.

Fuera misticismos: los hombres bailan la danza del vientre.

Enseñar la cintura es totalmente opcional (y lo digo otra vez: es un invento occidental, y reciente):

El enemigo número uno de la danza del vientre: Flaubert.

Una que usa pseudodanza del vientre para vender.... otras cosas: Shakira y su particular estilo. Un inciso: el otro día vi a Shakira por televisión, haciendo una especie de puente en el que se doblaba por las lumbares. Dolía sólo de mirarlo, porque hacer un puente requiere un delicado trabajo dorsal.

En lugar de un enlace a mi última entrada sobre el tema, voy a aclarar uno de sus puntos. Sigo pensando que una bailarina profesional (el detalle es importante) que baile para seducir es una prostituta, porque la prostitución es sencillamente dedicarse profesionalmente a la seducción: por ejemplo, una chica que baila detrás de un cristal no se acuesta con los que la miran, pero es una prostituta igualmente. Una bailarina de strip-tease, lo mismo. Aclarado mi concepto de prostitución, prosigo.

Una bailarina de danza oriental en cualquier tetería de Sevilla no baila para seducir. Baila para entretener. Igual que una bailarina en un musical de Broadway, igual que Igor Yebra en los teatros. Igual que Cristina Hoyos. Incluso gente como Madonna, Britney Spears o Shakira no bailan para seducir: bailan para vender discos. Seducir es un efecto secundario. Las bailarinas que tienen como intención seducir, repito, son las que están detrás de un cristal, o enroscadas a una barra metálica. Lo que hagas en tu tiempo libre es asunto tuyo, pero si tu profesión es verdaderamente bailar para seducir, búscate otro baile. Éste es nuestro. Y si tu profesión no es ésa, ¿por qué utilizar sexo como parte de tu promoción?